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Por Mario Escobar

Cuando todos nos enteramos que Amazon convocaba el primer concurso de indies en español la reacción inicial fue de sorpresa. Después de leer atentamente las condiciones del concurso, cualquier persona medianamente inteligente supo que era una gran oportunidad. Algunos se lanzaron al ruedo sin saber muy bien que hacían y otros se quedaron a mirar desde la barrera.

Al principio la participación en el concurso fue tímida, pero a medida que algunos veían la plataforma que suponía para sus libros en Amazon, la cosa se fue animando. Creo que al final 794 libros, casi 800, se presentaron al certamen. Todo un éxito.

La reacción fue múltiple. Por un lado, algunos autores se quejaron de que sus libros comenzaban a vender menos por la avalancha de novedades y la promoción que se daba al concurso. Por otro lado, otros criticaron las bases del concurso, comentando que un indie dejaba de serlo al convertirse en autor que cedía sus derechos a editoriales. Mientras las polémicas crecían, yo me fijaba en un fenómeno que, algunos cegados por la ira, otros por la indiferencia o la crítica, parecían no percibir. Ese fenómeno era la aparición de nuevos escritores, que de otra manera hubieran tardado mucho más en ser conocidos y publicar. Uno de los primeros fue Carlos J. Server, con su novela Un día con suerte, después Paloma Aínsa con su libro Siete Cero Dos y Ulises Bertolo con La Sustancia Invisible de los cielos, retirado del concurso tras la compra de su obra por la Editorial Espasa.

Este fenómeno acelerado por el concurso creó de un plumazo una “Nueva Generación Indie” que se ha colocado en la lista de los más vendidos en España y Estados Unidos. En ella están otros autores y autoras como:  Francisco Ángulo, Álvaro Botija e Isabel Bellmer, entre otros muchos.

También permitió un nuevo lanzamiento de autores como Fernando Gamboa, Jorge Magano o un servidor, pero sobre todo ha servido para sacar mucho talento a la luz.

Algunos seguirán gritando a los cuatro vientos que el concurso es para vender libros y que no se valora la calidad literaria, pero una vez más se ha demostrado el gran talento que hay de escritores en español.

Espero que en próximas ediciones el concurso descubra personas que sueñan con ser escritores, a pesar de que otros desde la barrera sigan criticando, mientras muchos autores indies continúan luchando por sus sueños.